Un rápido calentamiento de las aguas del océano Pacífico ecuatorial se inició en marzo y continuó en abril y mayo. Al finalizar dicho mes, se observaron temperaturas de la temperatura superficial del mar por encima de sus valores medios en el océano Pacífico ecuatorial, central y oriental. En las dos primeras semanas de junio ha continuado ese rápido calentamiento, hasta alcanzar valores de las anomalías de la temperatura superficial del mar superiores al umbral de un evento El Niño. A su vez, las anomalías de la temperatura subsuperficial del mar se han incrementado desde febrero, hasta alcanzar altos valores a finales de mayo, manteniéndose estables durante junio. La circulación atmosférica se está ajustando gradualmente a sus patrones propios de un evento El Niño – Oscilación del Sur (ENOS).

 Se espera que al finalizar junio las condiciones oceánicas y atmosféricas de un evento ENOS  queden establecidas. Los modelos climáticos han elevado a un 90% la probabilidad de que dicho evento se desarrolle y persista hasta el próximo invierno.

  Habitualmente el evento ENOS influye sobre el comportamiento del clima en Cuba con déficits de las precipitaciones en los meses comprendidos entre julio y octubre, así como con temperaturas por encima de sus valores medios históricos. La mayoría de los años más calurosos en Cuba, y también globalmente, son aquellos en que se desarrollan los eventos ENOS. La mayor influencia de este evento se produce en el período noviembre – abril, principalmente entre enero y marzo, cuando nuestro clima se hace más lluvioso que lo normal y también en ocasiones más tormentoso. El ENOS también influye en la temporada ciclónica del océano Atlántico, disminuyendo la frecuencia de formación de huracanes. La magnitud del impacto que ocasiona el ENOS depende en gran medida de la intensidad que llegue a alcanzar.

 El Centro del Clima del Instituto de Meteorología mantiene una continua vigilancia sobre este evento climatológico e informará oportunamente sobre la evolución del mismo.